El Centro para el Desarrollo de la Democracia (CDD), organización de beneficio público, sin fines de lucro, y exenta de impuestos fue fundado en 1994 para promover una comprensión más profunda de la democracia en su calidad de proceso de toma de decisiones.
La base de nuestro trabajo es la idea que la "democracia", tal como existe en el presente, no es más que una implementación parcial de una antigua idea que ha tenido profundas consecuencias para el desarrollo de la vida del hombre. Si queremos lograr el despliegue total de las potencialidades de cada individuo, de nuestras variadas organizaciones, y de la especie humana, tendremos que investigar profundamente las nuevas conceptualizaciones de democracia dentro de los contextos moderno y post-moderno. El futuro está lleno de promesas, pero sólo si logramos reformar nuestras democracias.
Desgraciadamente, no nos queda mucho tiempo para realizar los cambios necesarios. Los expertos en el sistema global, sobre la base de sus descubrimientos relacionados con las tendencias actuales, predicen que dentro de cincuenta años, probablemente más temprano, las civilizaciones modernas comenzarán a derrumbarse bajo el efecto combinado del crecimiento de la población, la polución, la pérdida de los recursos naturales y la disminución en el suministro de alimentos. A medida que nos acercamos a los límites de la capacidad de carga de la Tierra; otras catástrofes ambientales o políticas.pueden producirse aún antes.
¿Cómo es que hemos llegado a tal situación? Los seres humanos somos criaturas inteligentes, orientadas hacia la solución de problemas. ¿Cómo ocurre entonces que permitimos que problemas creados por nosotros mismos disminuyan la calidad de nuestras vidas y amenacen la existencia misma de nuestra especie?
La respuesta, en nuestra opinión, no se encuentra en ningún defecto de la "naturaleza humana", sino mucho más probablemente en los procesos sociales de nuestra educación y toma de decisiones.
Grupos egoístas con intereses muy particulares han llegado a ocupar posiciones que les permiten controlar el flujo de información y la riqueza. Para favorecer sus propios valores, pueden, en efecto, distorsionar cualquier debate y excluir a la mayoría de la gente de una participación consciente en la toma de importantes decisiones. Cualquier organización o sociedad que no extraiga la inteligencia voluntaria y participativa de sus miembros individuales, así como la de cada grupo dentro de la sociedad, no gozará con propiedad del poder potencial del proceso democrático.
Para alcanzar tal participación, desde luego, debemos poseer una comprensión exacta y profunda de la naturaleza humana y de la naturaleza del proceso social de toma de decisiones. Necesitaremos una apreciación profunda e interés en la idea de la democracia como un proceso no violento de solución de problemas, y necesitaremos comprender el papel de la toma democrática de decisiones en el desarrollo de los sistemas organizados.
Puede que lo más importante sea que desarrollemos sistemas democráticos que no sean explotados por unos pocos a expensas de los demás. El extraordinario poder de los intereses particulares de las corporaciones transnacionales de hoy en día y de otros grupos que concentran las riquezas, representan un fracaso en el proceso democrático y conducen a un sentimiento de inutilidad y apatía o de ira en los que resultan explotados o dejados fuera de la toma de las decisiones que afectan sus propias vidas. La falta de participación en, o la resistencia a la toma democrática de decisiones que resultan de estas enormes inequidades económicas, nos privan entonces a todos de los beneficios de una participación plena en la resolución de los problemas humanos -- un nivel de participación que necesitamos desesperadamente si vamos a evitar con éxito la catástrofe en el siglo XXI.
Debemos disponer de procesos económicos que ofrezcan incentivos y oportunidades a todos los individuos y a todo tipo de organización democrática.
Tiene sentido, por tanto, estructurar la economía de manera tal que se retribuya tanto la iniciativa individual como las empresas cooperativas y orientadas hacia la comunidad. Para ello debemos tener una economía que balancee las fuerzas de la propiedad individual, cooperativa y comunitaria, dentro de un mercado libre que esté firmemente guiado por un sistema de valores y objetivos comunes, que haya sido adoptado por acuerdo democrático.
El proceso político es la forma mediante la cual se distribuye el poder para controlar la toma de decisiones en la sociedad y en consecuencia el flujo de información, la riqueza y otros valiosos recursos dentro de la misma. El problema de la política es, desde luego, cómo lograr ese objetivo. Las solución democrática al problema político es distribuir el poder y la información equitativamente entre todas las personas, mediante un proceso de toma de decisiones que incorpore los puntos de vista de todo el mundo. El dilema democrático es que ningún sistema de este tipo es perfectamente consistente con sus propios valores. El milagro de la democracia es que esta logra funcionar --no en calidad de sistema perfecto pero sí como el mejor sistema bajo prácticamente todo tipo de circunstancias.
Existen gradación y etapas en el desenvolvimiento de la democracia, no obstante, y en términos generales, nos encontramos ahora en un nivel intermedio del desarrollo democrático.
Los principales desafíos que enfrentamos en este momento son: lograr elecciones auténticamente justas, poniendo fin a la élite política como clase y al carrierismo en la política, una reforma completa y profunda de los grupos de presión, detener la corrupción en el proceso político de toma de decisiones, reforma de los medios de comunicación masivos y de nuestro sistema educacional, para promover un flujo imparcial de información exacta, la igualdad de oportunidades para la participación de las minorías y de individuos de ambos sexos, y una extensión apropiada del proceso democrático en todas las esferas de la vida social.
La psicología individual, las relaciones personales, familias, religiones, corporaciones de negocios, clubes sociales, partidos políticos, agrupaciones literarias y artísticas -- todos deben ser democratizados en algún sentido, para que los seres humanos puedan aprovechar a plenitud los frutos de la idea democrática. La organización y la salud de cada sistema humano están en peligro.
Ni como individuos, ni como grupos ni como especie, podríamos madurar totalmente sin confrontar e incorporar la variedad de ideas, valores y comportamientos asociados con la auténtica democracia.
El análisis y explicación de las relaciones del proceso democrático con el individuo aislado que toma decisiones, con el experto que posee valiosos conocimientos especializados, con el líder carismático, con la relación ente padres e hijos, con el trabajador de la salud y con el paciente -- todos requieren tiempo y una actitud abierta y experimental.
El proceso democrático en cada familia, cada corporación, cada sistema de cualquier clase, es un modelo basado en la experiencia, que ejerce influencia sobre el resto de las organizaciones sociales.
Lo maravilloso de la democracia es que puede sustentar tanto a la ciencia como a la religión, -- dos esquemas de pensamiento totalmente diferentes -- al mismo tiempo que extrae de ambas lo mejor que ellas pueden ofrecer para el ulterior desarrollo de la vida en el Universo.
Nosotros, en el momento actual, constituimos una joven organización sin fines de lucro en pleno crecimiento, dedicada a la realización de un servicio público en particular: promover una comprensión más profunda de la democracia y su desarrollo hacia formas más efectivas. Estamos enfrascados en la adquisición continua de nuevas ideas y de información acerca de el proceso democrático y de su valor para cada persona y para cada grupo. Intentamos poner esa información a disposición de todos los interesados. Con ese fin, estamos acumulando experiencia sobre los métodos de aplicación de la toma democrática de decisiones en todos los niveles de organización, desde el individuo hasta el sistema global.
En nuestra calidad de organización joven, democrática, multicultural y multiracial, consideramos un deber especial llegar a la juventud, las minorías, las mujeres, los pueblos indígenas y los grupos en desventaja, así como a la mayoría de la población, para ayudarnos todos en la realización de los valores y dela potencia relacionados con el establecimiento de organizaciones y comunidades democráticas.
Si usted desea participar en este trabajo, le ayudaremos a encontrar el nivel y tipo de participación más adecuado para usted.
Aunque nos encontramos en una etapa temprana de nuestro desarrollo, esperamos en un futuro cercano poder disponer de los siguientes materiales y servicios:
Si usted es estudiante o profesor deseoso de participar en el proceso de desarrollo de estrategias para el aprendizaje o la enseñanza de la toma de decisiones democrática y la solución no violenta de problemas, escríbanos o llámenos por teléfono.
Si usted junto con algunos amigos quisieran inaugurar una filial del Centro para el Desarrollo de la Democracia, podemos ayudarle.
Si usted desea simplemente apoyar al CDD y mantenerse actualizado acerca de nuestro trabajo, podemos ofrecerle diversos niveles de envíos informativos.
Para más información Si desea tener más información sobre cualquiera de los temas tratados en este plegable, puede escribirnos, enviar un fax, llamarnos o dirigir correo electrónico a:
Fax: (510) 845-7845 Voz: (510) 237-2737
Correo electrónico: jgc@dnai.com
La democracia en sí misma no es el fin último. Por el contrario, se trata de un medio con el fin de intensificar la vida del hombre. Se trata de un método mediante el cual la humanidad puede cuidar de sí misma, del medio ambiente y de su desarrollo futuro. La democracia es un paso hacia el infinito, hacia la gran realización de los valores y posibilidades dentro de nosotros mismos, que los seres humanos hemos asociado frecuentemente con la idea de Dios.
Pudiéramos añadir que la democracia es el amor ensanchado y en continua expansión. Pero el amor por sí mismo no basta. Debe ser organizado. Debe ser organizado de manera tal que sea consistente con la naturaleza de la acción de amar: con la inteligencia, compasión, justicia, libertad, propósito, ... e inclusividad.
Una vez, un poeta lo expresó de esta manera:
El hilo que conduce
al amor
es el amor
con un diseño totalmente nuevo...
El amor debe escindirse
como el átomo
liberando luz partir
del cuerpo
hacia el pensamiento
del pensamiento hacia el discurso...
Con medios discursivos nuestros fines
se unirán
nuestros pasado y futuros
en un nuevo entretejido
un proceso intrincado
difícil de aprender
delicado más allá de toda medida
Y aún así abarcador de la Vida toda...
junto a aquellos que están fuera
de nuestros pequeños mundos
quienes ahora nos esperan...